sabato, giugno 9
Salvemos el "Val di Noto"
¿Cómo reaccionarían los milaneses si les dijeran que hay un proyecto avanzado de investigación petrolífera delante del Duomo?
Harían de nuevo seguramente los cinco días.
¿Y los venecianos, si supieran que querrían comenzar a extraer muestras del suelo en San Marco?
¿Y los florentinos, soportarían las perforadoras en Santa Croce?
¿Qué dirían los romanos sobre la búsqueda de petróleo en los Foros Imperiales y el Coliseo, en la piazza De Ferrari en Génova, sobre las colinas de Turín, en "piazza delle Erbe", en plaza Grande, en las orillas del Garda?
¿No se sentirían ofendidos y burlados en lo más profundo de su ser?
Bien, en Sicilia, y precisamente en una zona que ha sido declarada por la Unesco "patrimonio mundial de la humanidad", el Val di Noto, donde el destino y la historia han querido reunir las inestimables, irrepetibles, inmensas obras de arte de la última etapa del Barroco, una sociedad petrolífera norteamericana, la "Panther Eureka", ha sido algunos años atrás autorizada por la ex asesor de la industria de la Región Sicilia, a cumplir las perforaciones y exploraciones para la búsqueda de hidrocarburos en el subsuelo.
En caso positivo (positivo para la Panther Eureka, naturalmente) ya está prevista la concesión para el aprovechamiento del eventual yacimiento.
En pocas palabras, esto significa destruir, de un solo golpe y totalmente, paisaje e historia, cultura e identidad, belleza y armonía, lo mejor de nosotros al fin y al cabo, a favor de una sórdida maniobra de enriquecimiento de unos pocos vendida como una acción necesaria e indispensable para todos. Y además se daría un golpe mortal al floreciente turismo, dejando obras sin sentido (por ejemplo el aeropuerto Pio La Torre de Comiso) e iniciativas surgidas en apoyo a la industria turística, que en Sicilia está aún del todo por desarrollarse.
El comienzo de los trabajos fue paralizado, en 2003, por el gobernador Cuffaro bajo propuesta del entonces asesor de Bienes Culturales Fabio Granata, de "Alleanza Nazionale", en primera fila en esta batalla.
Pero comenzó aquel ballet típico italiano hecho de recursos al inefable TAR, rechazos, anulaciones, renovaciones, suspensiones temporáneas, votos secretos, vicios de forma y de todo este tipo de cosas (pero también de subterráneas maniobras políticas que oscurecieron el campo de los opositores más ocupados en el tema).
Y se sabe lamentablemente como este tipo de "ballets" tristemente terminan: con la victoria del económicamente más fuerte, en daño de los honestos, de los respetuosos del ambiente, de todos aquellos que aceptan las leyes.
Y los texanos, desde el punto de vista del dinero para gastar para obtener sus objetivos, no bromean.
¿Queremos de una vez por todas, dar vueltas este resultado previsible y hacer triunfar la indignación, el rechazo, la protesta, el horror (si, el horror) de todos, más allá de las ideas políticas personales?
Por nuestra misma dignidad de italianos, pongamos empeño en que sea revocada de modo irreversible aquella cuestionada concesión y hagamos también que sea imposible cada próxima iniciativa que pueda en un futuro violar y destruir, en cada parte de Italia, nuestros pequeños y espléndidos paraísos.
Nuestros y para siempre.Harían de nuevo seguramente los cinco días.
¿Y los venecianos, si supieran que querrían comenzar a extraer muestras del suelo en San Marco?
¿Y los florentinos, soportarían las perforadoras en Santa Croce?
¿Qué dirían los romanos sobre la búsqueda de petróleo en los Foros Imperiales y el Coliseo, en la piazza De Ferrari en Génova, sobre las colinas de Turín, en "piazza delle Erbe", en plaza Grande, en las orillas del Garda?
¿No se sentirían ofendidos y burlados en lo más profundo de su ser?
Bien, en Sicilia, y precisamente en una zona que ha sido declarada por la Unesco "patrimonio mundial de la humanidad", el Val di Noto, donde el destino y la historia han querido reunir las inestimables, irrepetibles, inmensas obras de arte de la última etapa del Barroco, una sociedad petrolífera norteamericana, la "Panther Eureka", ha sido algunos años atrás autorizada por la ex asesor de la industria de la Región Sicilia, a cumplir las perforaciones y exploraciones para la búsqueda de hidrocarburos en el subsuelo.
En caso positivo (positivo para la Panther Eureka, naturalmente) ya está prevista la concesión para el aprovechamiento del eventual yacimiento.
En pocas palabras, esto significa destruir, de un solo golpe y totalmente, paisaje e historia, cultura e identidad, belleza y armonía, lo mejor de nosotros al fin y al cabo, a favor de una sórdida maniobra de enriquecimiento de unos pocos vendida como una acción necesaria e indispensable para todos. Y además se daría un golpe mortal al floreciente turismo, dejando obras sin sentido (por ejemplo el aeropuerto Pio La Torre de Comiso) e iniciativas surgidas en apoyo a la industria turística, que en Sicilia está aún del todo por desarrollarse.El comienzo de los trabajos fue paralizado, en 2003, por el gobernador Cuffaro bajo propuesta del entonces asesor de Bienes Culturales Fabio Granata, de "Alleanza Nazionale", en primera fila en esta batalla.
Pero comenzó aquel ballet típico italiano hecho de recursos al inefable TAR, rechazos, anulaciones, renovaciones, suspensiones temporáneas, votos secretos, vicios de forma y de todo este tipo de cosas (pero también de subterráneas maniobras políticas que oscurecieron el campo de los opositores más ocupados en el tema).
Y se sabe lamentablemente como este tipo de "ballets" tristemente terminan: con la victoria del económicamente más fuerte, en daño de los honestos, de los respetuosos del ambiente, de todos aquellos que aceptan las leyes.
Y los texanos, desde el punto de vista del dinero para gastar para obtener sus objetivos, no bromean.¿Queremos de una vez por todas, dar vueltas este resultado previsible y hacer triunfar la indignación, el rechazo, la protesta, el horror (si, el horror) de todos, más allá de las ideas políticas personales?
Por nuestra misma dignidad de italianos, pongamos empeño en que sea revocada de modo irreversible aquella cuestionada concesión y hagamos también que sea imposible cada próxima iniciativa que pueda en un futuro violar y destruir, en cada parte de Italia, nuestros pequeños y espléndidos paraísos.
Andrea Camilleri
(extraído de Repubblica.it, texto original)
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