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venerdì, agosto 17

 

"Il Principe dei mari", la tonnara siciliana en Buenos Aires

tonnara(ANSA) BUENOS AIRES, 17 Agosto- La milenaria práctica siciliana de la "tonnara" (pesca del atún), donde peces y pescadores se enfrentan "cuerpo a cuerpo" en el mar Mediterráneo, es objeto de una exposición que revela la intimidad del rito que acorrala al pez y lo conduce a su agobiante encuentro con el arpón.

"El príncipe de los mares" es el título de la muestra fotográfica del siciliano Giuseppe Di Salvo, que se exhibe en la sala de la Corporación Sur Buenos Aires, en el barrio porteño de San Telmo.

Se trata de una serie de fotografías que muestran desde adentro la matanza del atún en la forma en que los árabes la introdujeron cerca del siglo XI en las costas sicilianas.

La reseña, en programa hasta el 16 de septiembre, está auspiciada por el Instituto Italiano de Cultura de Buenos Aires, la comuna de Trapani y la Federación de Entidades Sicilianas de Buenos Aires y Sur de la República Argentina.

Frente a la ciudad de Trapani, sobre el Mediterráneo, se encuentran las islas Egadas, Levanzano, Marettimo, Favignana.

Es en esa última donde todavía se puede asistir a la práctica de la "tonnara": un sistema de redes llevadas por unos 40 hombres que acorrala al pez y lo guía hasta la "camera della morte" a su encuentro con el Rais, voz árabe que designa al jefe de la matanza.

"Cada grupo de redes se comunica con la siguiente, por donde pasan los peces. Se le dice la 'habitación de la muerte' a la última red, dispuesta de manera vertical y horizontal", explicó a Italianos.it Di Salvo.

Los pescadores, luego, levantan con fuerza la red y se lanzan hacia ella para completar cuerpo a cuerpo el calvario del atún, que muere con el arpón clavado sobre el lomo.

Las imágenes testimonian cada instante de la ceremonia: la construcción artesanal de las redes, hechas a mano; la partida del barco, el goce anticipado del rostro del Rais, la convalescencia demorada de las branquias del pez.

Finalmente, como ofrenda, cuenta el fotógrafo, uno de los "tonnaroti" se baña en la sangre de los peces.

"Los pescadores me invitaron a hacerlo, pero no quise, no pude. Y cuando todo terminó, tampoco pude borrar de mi cabeza la transformación de sus miradas mientras mataban a cada animal".

Criado entre pescadores y timonel profesional, Di Salvo (Trapani, 1965) por eso asegura: "No volvería a ir ni a hacer estas fotografías".

Las leyes de la superstición, al menos, están de su lado, pues nadie que haya rechazado aquel bautismo de sangre regresó a la "tonnara". (ANSA).


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