.comment-link {margin-left:.6em;}

lunedì, ottobre 10

 

Ataque al euro, ataque a Europa

por Agostino Spataro

1…  La crisis existe y es grave. Nadie la puede negar. Las causas son múltiples y de naturaleza compleja, internas e internacionales.
En la Italia republicana las crisis, aún las graves, siempre existieron, sin embargo no había sucedido jamás como sucede hoy, que a decretarlas, a guiarlas y a indicar las soluciones hayan sido tres agencias privadas extranjeras (casi todas norteamericanas) cuyos socios tienen para defender importantes intereses societarios, que además compiten con otros de los países sometidos a sus análisis.
¿Quiénes son, quién controla a estas calificadoras que están haciendo temblar a Europa?
Esta es una pregunta simple que todos se hacen pero que ninguno de los tantos expertos, banqueros y hombres del poder responde.
Una respuesta, quizás se puede encontrar en dos artículos escritos por el periodista independiente Alberto Puliafito (que encontré en la web) que dan una idea aproximada de las propiedades de las famosas “calificadoras de riesgo”, de sus tareas y comportamientos (no siempre coherentes), de sus relaciones con el “Dios mercado” y con los tantos grupos financieros, con los Estados y fuerzas políticas más o menos influyentes.
No es necesario ser experto en las altas finanzas para comprender el valor desestabilizante de estos bien vistos y apurados juicios emanados de las calificadoras de riesgo hacia uno u otro Estado.

2…  Si ponemos atención, su sombra cayó sobretodo contra los países de la eurozona más expuestos a los contragolpes de la crisis, en el siguiente orden: Grecia, Portugal, España e ahora Italia. Todo esto contra los eslabones más débiles de la cadena del euro, para debilitarlo, para desmantelar el estado social, deprimir el consumo de las masas y agudizar los conflictos internos, etc.
En resumen, una mezcla verdaderamente explosiva que puede poner a una dura prueba el proceso de construcción unitaria de Europa y la estabilidad política de los Estados.
En suma, un ataque al euro que tantos problemas está creando al rey-dólar, que flota en un mar de débito público interno con un déficit comercial espantoso y sometido a incursiones financieras de gobiernos extranjeros (especialmente chino y saudita).
Está claro que, comprando deuda, estos países compran una cuota de soberanía de EEUU, o sea de la primera potencia económica y militar del planeta.
Sin embargo el mayor riesgo, ya en curso, es la tendencia del euro a sustituir al dólar norteamericano como principal moneda de cambio en las transacciones comerciales internacionales.
Por este motivo, del otro lado del Atlántico no gustó la creación del euro y el consecuente refuerzo y extensión del proceso de unidad europea.
Una Europa unida con una moneda fuerte y apreciada en el plano internacional no está en los planes de las oligarquías dominantes estadounidenses.

3... De esta forma es como son considerados hostiles aquellos gobiernos que querrían vender su petróleo en euros (no más en dólares) y por este motivo debieron sufrir las “revoluciones naranjas” (ndr: revolución ucraniana del 22/11/2004)  y, en algunos casos, hasta la agresión militar.
La Casa Blanca, en efecto, los catalogó como “Estados canallas”, “Países del Imperio del Mal”, incluyéndolos en listas de proscripción en las cuales sólo figuran las dictaduras hostiles a ésta y no las dictaduras amigas, excesivamente generosas y también un poco serviles.
Por esto es necesario atacar al euro y debilitarlo. Para eliminar un peligroso competidor. Si fuera así sería verdaderamente un ataque a la Unión Europea, a su proyecto de crecimiento autónomo, a su importante rol económico y político en el mundo.
Sin el euro, la Unión Europea no tiene futuro, queda en riesgo de dividirse, de disolverse y nuevamente subordinarse al imperio americano.
Los Estados Unidos necesitan una Europa débil y aliada, probablemente en vista de una futura revisión de las cuentas (esperamos sólo comerciales) con China y con las otras potencias regionales emergentes.
Ciertamente, esta es sólo una hipótesis para verificar y eventualmente desmentir, pero con datos y argumentos convincentes.

4… Lamentablemente de estas cosas en Italia casi no se habla. Se callan los grandes periódicos, los grandes medios, los partidos políticos, los sindicatos, los grandes…
Todos grandes pero mudos ¿Pero qué pasa?
¿Por qué ninguno de estos sujetos no informa a la gente cómo están realmente las cosas?
Y si lo hacen, sería bueno que lo hagan usando el idioma oficial del Estado, o sea el italiano y no esa mezcla de tecnisismos ingleses que son fruto de un provincialismo malicioso al servicio de los manipuladores.
¿Por qué en lugar de ir de un lado a otro con el tema de las nuevas privatizaciones (léase liquidación de lo que resta del patrimonio público del pueblo italiano) los grandes líderes del gobierno y de la oposición no explican a los ciudadanos las verdaderas causas estructurales de la crisis italiana y su falta de ideas y proyectos para superarla?
Cierto, se pueden tener en cuenta algunos análisis de las calificadoras de riesgo y/o del comportamiento, a veces bizarro, de los mercados, pero no al punto de ponerse a la defensiva y pedir la renuncia de un gobierno.
Esto, hoy, le tocaría a Berlusconi, pero mañana otro podría sufrir con la presión indebida.
Los rumbos económicos, políticos, las elecciones anticipadas, no se pueden decidir sobre la ola de las reacciones emotivas provocadas por las sentencias de las calificadoras de riesgo extranjeras o por el humor de la bolsa de valores.
Sería como confiar la suerte del país a potentados extranjeros sin rostro y sin ninguna legitimidad política democrática.
Más que un “error”, esto sería un comportamiento irracional que cambiaría el sentido y la esencia de la democracia.
En Italia, los gobiernos se cambian con las luchas políticas y sociales y con el voto de los electores.
En política, las decisiones se toman a la luz del sol, en el Parlamento y en las demás instituciones republicanas, sobre la base de la confrontación democrática de las ideas entre las fuerzas presentes.
O bien, en casos excepcionales como el actual, recurriendo a soluciones políticas y programáticas que exaltan la cohesión y la responsabilidad nacional, como pide hacer el presidente Napolitano.
                                              Agostino Spataro     

9 de octubre de 2011
-------------------------------------------------------------------------------------------------
Società di rating
ATTACCO ALL’EURO, ATTACCO ALL’EUROPA

di Agostino Spataro

1…  La crisi c’è ed è grave. Nessuno può negarla. Le cause sono molteplici e di natura complessa, interne e internazionali.
Nell’Italia repubblicana le crisi, anche gravi, si sono sempre state, tuttavia, mai era successo, come oggi accade, che a decretarle, a pilotarle e a indicarne le soluzioni siano tre agenzie private straniere (quasi tutte Usa) i cui soci hanno da difendere corposi interessi societari, per altro concorrenti con altri dei paesi sottoposti al loro vaglio. Chi sono, chi controlla queste società di rating che stanno facendo tremare l’Europa?
E’ questa una domanda banale che tutti si fanno, ma alla quale nessuno dei tanti esperti, banchieri e uomini del potere risponde.
Una risposta, forse, si può trovare in due articoli (allegati) scritti dal giornalista indipendente Alberto Puliafito (che ho travato sul web) che danno un’idea circa la  proprietà delle famose “società di rating”, dei loro compiti e comportamenti (non sempre lineari), dei loro rapporti con il “dio-mercato” e con le varie consorterie finanziarie, con i singoli Stati e forze politiche più o meno influenti.
Non c’è bisogno di essere esperti d’alta finanza per cogliere il valore destabilizzante di questi ben mirati e tempestivi verdetti emanati dalle “agenzie di rating” a carico di questo o quell’altro Stato.

2…  Se ci fate caso, la loro scure si è abbattuta soprattutto contro i Paesi dell' eurozona più esposti ai contraccolpi della crisi, nell’ordine: Grecia, Portogallo, Spagna e ora Italia.
Contro, cioè, gli anelli più deboli della catena dell’euro, per indebolirlo, per smantellare lo stato sociale e deprimere i consumi di massa e acuire la conflittualità interna, ecc, ecc.
Insomma, una miscela davvero esplosiva che può mettere a dura prova il processo di costruzione unitaria dell’Europa e la stabilità politica dei singoli Stati.
Insomma, un attacco all’euro che tanti problemi sta creando al re-dollaro che galleggia in un mare di debito pubblico interno e di deficit commerciali spaventosi e sottoposto a incursioni finanziarie di governi stranieri (specie cinese e saudita).
E’ chiaro che, comprando il debito, questi Paesi comprano quote di sovranità degli Usa ossia della prima potenza economica e militare del Pianeta.
Tuttavia, il rischio maggiore, già in atto, è la tendenza dell’euro a sostituire il dollaro Usa come principale moneta di scambio nelle transazioni commerciali internazionali.
Perciò, oltre- atlantico non hanno gradito il varo dell’euro e il conseguente rafforzamento ed allargamento del processo di unità europea.
Un’Europa unita, con una moneta forte ed apprezzata sul piano internazionale, non è nei programmi delle oligarchie dominanti statunitensi. 

3... Così come sono considerati ostili quei governi che vorrebbero vendere il loro petrolio in euro (non più in dollari) e per questo hanno dovuto subire le rivoluzioni arancione e, in alcuni casi, perfino l’aggressione militare.
La Casa Bianca, infatti, li ha bollati come “Stati canaglia”, “paesi dell’impero del male”, inserendoli in liste di proscrizione nelle quali figurano soltanto le dittature a lei ostili e non le dittature amiche, munifiche e anche un po’ servili.
Perciò, è necessario attaccare l’euro, indebolirlo. Per eliminare un pericoloso concorrente.
Se così fosse davvero sarebbe un attacco all’Unione europea, al suo progetto di crescita autonoma, al suo importante ruolo, economico e politico, nel mondo.
Senza più l’euro, l’Unione non ha futuro, rischia la divisione, la dissoluzione e di nuovo la subordinazione all’impero americano.
Gli Usa hanno bisogno di un’Europa debole e allineata, probabilmente in vista del regolamento di conti (speriamo solo commerciali) con la Cina e con altre potenze regionali emergenti.   
Certo, questa è solo un’ipotesi da verificare ed eventualmente da smentire, ma con dati e argomenti convincenti.

4… Purtroppo, di queste cose in Italia quasi non si parla. Tacciono i grandi giornali, i grandi media, i grandi partiti, i grandi sindacati, i grandi…
Tutti grandi, tutti muti! Ma che succede?
Perché nessuno di questi soggetti informa la gente di come stanno realmente le cose?
Possibilmente usando la lingua ufficiale dello Stato cioè l’italiano e non questa miscellanea di  tecnicismi inglesi frutto di un provincialismo briccone al servizio del manovratore.
Perché, invece di andare in giro con il “pizzino” delle nuove privatizzazioni (leggi svendita di quel che resta del patrimonio pubblico del popolo italiano) i grandi leader di governo e dell’opposizione non spiegano ai cittadini le cause vere, strutturali della crisi italiana e la loro mancanza d’idee e di progetti per superarla?.
Certo, si può tener conto dei verdetti delle società di rating e/o degli andamenti, talvolta bizzarri, dei mercati borsistici, ma non fino al punto di farsene scudo per chiedere le dimissioni di un governo. Poiché, oggi, toccherebbe a Berlusconi, domani un altro potrebbe subire l’indebita pressione.
Le scelte economiche, politiche, le elezioni anticipate non si possono decidere sull’onda delle reazioni emotive provocate dai verdetti di società di rating straniere o degli umori delle borse valori.
Sarebbe come affidare le sorti del Paese a potentati stranieri senza volto e senza alcuna legittimità politica democratica.
Più che un “errore”, questo sarebbe un comportamento dissennato che cambierebbe il senso e la sostanza della democrazia.
In Italia, i governi si cambiano con le lotte politiche e sociali e con il voto degli elettori!
La politica, le scelte si fanno alla luce del sole, nel Parlamento e nelle altre istituzioni repubblicane, sulla base del confronto democratico delle idee fra le forze in campo.
Oppure, in fasi eccezionali come l’attuale, ricorrendo a soluzioni politiche e programmatiche che esaltano la coesione e la responsabilità nazionali, come chiede di fare il presidente Napolitano.     

                                              Agostino Spataro     

9 ottobre 2011

Etichette: , , ,


This page is powered by Blogger. Isn't yours?